No busques más, calidad asegurada y el mejor precio para este periférico que cumple con todo lo que necesitás para una óptima experiencia de gaming en PC
Diseño
Al igual que todos los periféricos de este tipo de la familia Redragon, están orientados a todo tipo de usos, extensivo, intensivo o sencillamente casual.
Con plástico ABS reforzado obtendremos un chasis duradero y resistente que hace grandes aportes a la hora de resguardar los componentes internos.
Botones
Cuenta con 8 botones distribuidos de forma convencional sobre la superficie del periférico, 4 sobre su parte frontal derecha, y 4 ubicados sobre la parte superior, distribuidos de dos en dos y orientados hacia los dedos índice y mayor de ambas manos.
Conectividad
Mediante cable USB 2.0 integrado al mando, nos conectaremos a la PC para establecer una conexión Dinput. En resumidas palabras: conectamos el joystick, y a jugar.
Control De Movimiento
En el Redragon Seymour encontraremos un D-pad de cuatro direcciones, combinado con dos sticks analógicos, la forma de desplazamiento que elijas para tu propio estilo de juego.
Vibración
Con dos motores de vibración para force feedback, aseguramos que el Seymour no es un joystick del montón y que está diseñado y equipado para cumplir tus expectativas al momento de aprovechar al máximo mas cualidades que cada juego tiene para ofrecerte.
Producto # | 154200 |
---|---|
Disponibilidad | Se encuentra aun con producto |
Fabricante | FANTECH |
Informacion de Seguridad | Consulta el manual del producto para todas las instrucciones de seguridad, garantía y cuidado |
Numero de modelo producto | RASD235451S |
---|---|
Indicaciones | Control para las manos |
Direccion | Cra 12a #98 - 35 |
Material | Nailon |
One morning, when Gregor Samsa woke from troubled dreams, he found himself transformed in his bed into a horrible vermin. He lay on his armour-like back, and if he lifted his head a little he could see his brown belly, slightly domed and divided by arches into stiff sections
The bedding was hardly able to cover it and seemed ready to slide off any moment. His many legs, pitifully thin compared with the size of the rest of him, waved about helplessly as he looked. "What's happened to me?" he thought. It wasn't a dream.
His room, a proper human room although a little too small, lay peacefully between its four familiar walls. A collection of textile samples lay spread out on the table.
Samsa was a travelling salesman - and above it there hung a picture that he had recently cut out of an illustrated magazine and housed in a nice, gilded frame.